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Tiempos de confinamiento, tiempos de participación


La crisis del Covid-19 se ha convertido en un tiempo para poner en evidencia algunas paradojas, como, por ejemplo, aquella ligada a la cercanía con los otros y a la solidaridad, en momentos en que permanecemos aislados. Algunas reflexiones sobre ello nos llegan desde España, gracias a Vicente Palop-Esteban.

No es la primera vez que la historia nos reserva paradojas relacionadas con el ser humano. Los conflictos y las situaciones desesperadas suelen acelerar y dar lucidez a nuestras capacidades, se diría que las situaciones límite de las colectividades y de los mismos individuos, despliegan potenciales desconocidos.

En esta crisis del Covid-19, podemos encontrar nuevos elementos que tienen que ver con la participación, pero en un entorno paradójicamente de aislamiento. Quien hubiera sido capaz de pensar que un tiempo de confinamiento supusiera un entrenamiento para la apertura y la coparticipación de materiales, textos… incluso ideas y colaboraciones tangibles.

En nuestros entornos podemos encontrar cientos de casos: los hospitales están siendo surtidos de material clínico por impresoras 3D de usuarios anónimos a partir de cruces de las redes; sin apenas información, se diseña, se fabrica y se distribuyen mascarillas y útiles clínicos. Mención más modesta, pero también interesante está siendo, el fenómeno de los portales de viviendas comunitarias, donde en muchos caos, la vecindad (que ni se conocía) se ha organizado para llevar la comida a las personas mayores y otras necesidades, por solo citar dos casos.


Estas circunstancias nos invita a pensar que en tiempos de aislamiento se desarrollan capacidades comunicativas, y en concreto en tres variantes: (1) el sentimiento de proximidad en el aislamiento; pareciera que el silencio interno (quizás desde nuestras carencias) fuera propiciador de escucha de las necesidades de otras personas, o dicho de otro modo, el conocer mis limitaciones me ayuda a reconocer las de los demás; (2) la creatividad parece desarrollarse en aislamiento, es decir, con la distancia necesaria para la reflexión; y por último y quizás la paradoja más definitiva, (3) pareciera que es el silencio interno provocado por la distancia, es el que está permitiendo hacer fluir una emoción transformadora que permite la comunicación, es decir, no son las palabras las que portan la información relevante, sino más bien la emoción que suele acompañar al silencio.


En resumen, todo parece indicar que la vía comunicativa parte de la interioridad del propio individuo, de dejar que nuestra mente tome acomodo en nuestra emoción, y de ese modo, tener mayor capacidad de escucha interna y de escuchar lo que sucede en mi entorno. Ya lo comentaba Descartes en una de sus cartas de verano, a él nunca le gustó renunciar a sus vacaciones, ya que era el momento donde sentía que su mente podía deambular para encontrarse con él mismo.


La comunicación y la misma participación, por tanto, puede tener una naturaleza que dependa de una escucha interna y eso nos facilita la participación con el resto de la comunidad (también planetaria), podemos decir también que se trata de una variable que puede implicar a la propia supervivencia, por lo cual, es posible que la socialización o la comunicación entre personas sea parte de nuestro carácter genético, pero este está siendo adulterado por una cultura individualista que propicia la competencia.


¿Será que nuestra naturaleza es mucho mejor que nuestra cultura?, ¿será que el capitalismo, y sus variables, como la competencia, el individualismo no responde a parámetros naturalmente construidos?


Sería una razón por la cual, en el mundo moderno, el ser humano parece permanecer sumido en su propia contradicción.



 

Sobre la propuesta:


Quisiera recopilar relatos de diversos países, de gente que nos cuente “¿Cómo se vive en tiempos del Coronavirus?”. Se trata de relatos cortos (alrededor de 500 palabras) que nos digan cómo está su ciudad o país y qué hacen ustedes en medio de esta crisis.


I would like to compile stories from various countries, from people who tell us "How do people live in the times of the Coronavirus?". These are short stories (about 500 words) that tell us how your city or country is doing and what you are doing in the midst of this crisis.


Je voudrais compiler des récits de différents pays, de gens qui nous disent « Comment vit-on à l’époque du coronavirus ? » Il s’agit d’histoires courtes (environ 500 mots) qui nous disent comment est votre ville ou votre pays et ce que vous faites au milieu de cette crise.


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