Cuando la necesidad enferma y el ruido se apaga
- Rufino Pariacaca
- hace 4 minutos
- 2 Min. de lectura
Una verdad no de ahora, es real. Enfermar no es solo un hecho biológico. Caer o estar en dificultades muchas veces es una señal social que se tiene que tomar en cuenta. El cuerpo habla cuando el entorno aprieta, cuando la deuda pesa, cuando la incertidumbre se vuelve rutina y la compañía se vuelve intermitente.
Hay momentos en los que la necesidad desnuda las relaciones con el prójimo . Cuando falta el dinero, cuando ya no hay mesa ni trago, cuando la salud obliga a parar, muchas presencias se diluyen o desaparecen. No necesariamente por maldad, sino porque hemos aprendido a encontrarnos más en el exceso que en el cuidado propio; se estuvo más en la celebración y complacencia de otros que en darnos cuenta que el cuerpo estaba dando señales de la fragilidad en la que ya estaba. Te ha pasado, eso?.

La prohibición médica como menos grasa, nada de alcohol, evitar ciertos espacio, asumo que no solo ordena la dieta, también reorganiza la vida social. Alejarse del trago, los malos roses sociales, o mejor dicho todo lo que hace daño, implica alejarse de dinámicas donde la conversación gira en torno al exceso y no al acompañamiento ni la solidaridad verdadera.
No estoy tratando de renegar ni de señalar culpables, dado que los culpables somos nosotros mismos en poner los límites. Pero, pero, pero, se trata de comprender que cuidarse es un acto profundamente humano y al mismo tiempo social y, a la vez, profundamente individual o personal. Elegir la salud es, muchas veces, elegir el silencio, la distancia y la pausa.
La experiencia que cuento se que todos y todas la han vivido en algún momento, y la seguiremos experimentando hasta que el cuerpo diga aquí nada más. Así que apunto una pregunta abierta:
¿Qué tipo de vínculos, relaciones, estamos construyendo si las amistades solo aparecen cuando todo va bien, cuando el sol está radiante?
Tal vez la verdadera amistad, y también la verdadera comunidad social, comienza cuando aprendemos a estar presentes en momentos cuando solo se come sal, o momentos críticos, sin hacer mucho ruido, sin dar mucho trago, y, sin ser convenidos y por ultimo, no llegar por intereses individuales.


Comentarios